Nos encantaria que seas parte de nuestra familia escolar
Nos encantaria que seas parte de nuestra familia escolar
El sistema educativo Waldorf se basa en las ideas del filósofo y esoterista Rudolf Steiner, el creador de antroposofía, un movimiento de renovación espiritual que considera al hombre como ser tripartito: cuerpo, alma y espíritu, por lo que la educación Waldorf tiene muy en cuenta estos tres aspectos en el desarrollo infantil.
La misión de la pedagogía Waldorf es cultivar el autoconocimiento, la espiritualidad, la creatividad y la libertad con responsabilidad del niño para que sea un ser íntegro y libre.
Historia de la pedagogía Waldorf
La primera escuela se abrió en Stuttgart, Alemania en 1919 cuando el propietario de la Waldorf Astoria Cigarette Factory le encargó a Steiner a que dirigiera una escuela para los hijos de los empleados de su fábrica, y de ahí viene el nombre Waldorf.
Desde esa primera escuela, el sistema educativo de Steiner se extendió rápidamente por el mundo y hoy en día hay unas 1,000 escuelas en 60 países. En Estados Unidos, también hay escuelas públicas inspiradas en la pedagogía Waldorf.
La primera infancia: preescolar y kindergarten
Además de los tres aspectos del ser humano, la antroposofía divide el desarrollo personal en ciclos de 7 años, haciendo hincapié en los primeros tres septenios. El primer septenio va del nacimiento a los 7 años cuando se pierden los dientes de leche.
En esta primera etapa, es esencial transmitirles que el mundo es un lugar bueno para que se sientan seguros. Y según Steiner, entre otros aspectos fundamentales para una educación infantil saludable, figuran:
· El amor y el afecto
· El cuidado del entorno
· La alimentación de los sentidos
· Experiencias creativas y artísticas
· La protección de las fuerzas de la niñez
· La gratitud, la reverencia y la sensación de maravillarse
· Los juegos imaginativos y libres
· Actividades significativas de los adultos como ejemplo a seguir para los niños
· Los cuidadores adultos que buscan su desarrollo interno
Para proporcionar estas experiencias esenciales y despertar gradualmente el pensamiento, en las clases de preescolar y kindergarten no hay contenido académico y el énfasis está en el juego libre, la exploración, la imaginación y la fantasía, que se considera el preámbulo del pensamiento.
En el preescolar y el kínder de las escuelas Waldorf, los niños pasan mucho tiempo al aire libre, fabrican pan, pintan con acuarela, dibujan con ceras de colores, cantan y los profesores les narran cuentos y hacen juegos de títeres.
Como cultivar la imaginación es tan importante durante la infancia y el aprendizaje temprano está profundamente conectado con el cuerpo y la experiencia sensorial, no encontrarás computadores, teléfonos, tabletas o televisores en las escuelas primarias Waldorf, y los profesores sugieren que los padres no les expongan a los niños a la televisión ni a otros medios hasta más adelante y aun para ese entonces, el uso debe ser muy limitado.
“Las investigaciones demuestran que los niños que juegan juegos complejos sociodinámicos poseen mejores habilidades de lenguaje, mayores habilidades sociales, son más empáticos, más imaginativos y más capaces de captar sutilmente lo que el otro dice, que aquellos que no juegan. Son menos agresivos, demuestran mayor control de sí mismos y niveles más altos de pensamiento”, afirman los pedagogos y fundadores del Alliance for Childhood, Edward Miller y Joan Almon en el artículo “Crisis en el Kinder. Por qué los niños necesitan jugar en la escuela”.
La escuela primaria Waldorf
A partir de aproximadamente los 7 años, dependiendo del desarrollo de cada niño, empiezan a enseñarles a los niños a leer. Esto puede parecer un poco tarde en estos tiempos tan acelerados, pero en la pedagogía Waldorf se cree que primero deben estar totalmente formadas las vías neuronales y que los niños tengan un fuerte sentido de equilibrio para que sean capaces de sentarse en quietud, poner atención, y visualmente recordar la forma de las letras y de los números.
Pero aun en la escuela primaria, hay muchos aspectos de la pedagogía Waldorf que la diferencian de métodos de enseñanza tradicionales. Para empezar, no hay libros de texto, sino que los niños crean sus propias libretas de lecciones con sus apuntes y dibujos. Y en lugar de exámenes estandarizados, los niños hacen “actividades” y los profesores no dan calificaciones, sino que escriben evaluaciones detalladas de cada niño.
A pesar del contenido académico de la escuela primaria, no pasan a segundo plano las materias artísticas y prácticas, como la música, la pintura con acuarela, la jardinería, la cocina, las artes textiles y la euritmia, un arte de movimiento. Otra diferencia es que los estudiantes tienen el mismo maestro del durante toda la escuela primaria para promover el vínculo entre estudiantes y profesores.
¿Cómo es un salón de clase Waldorf?
Según Steiner: “Toda educación es una auto-educación, y como docentes solo podemos proporcionar el entorno para la autoeducación de los niños. Debemos ofrecer las condiciones más idóneas, en las que, mediante nuestra intervención, los niños puedan educarse a sí mismos según sus propios destinos”.
En las clases preescolares y de kindergarten, ese ambiente idóneo suele ser un salón con colores tenues, con paredes pintadas con una técnica llamada lazure, muebles de madera y juguetes simples y hechos a mano de materiales naturales. Muchas veces hay una pequeña cocina para preparar té y meriendas sanas, como arroz integral, avena, pan y sopa.
La importancia del ritmo y el ciclo las estaciones
El primer ritmo en la vida de un ser humano es el latido del corazón de su madre que escucha en el vientre. Tras el nacimiento, tranquilizamos a los bebés con el ritmo de la mecedora. Y más adelante, la predictibilidad del ritmo del día les da la seguridad a los niños y la confianza que necesitan para explorar su mundo. Es por es que la rutina es tan importante en las escuelas Waldorf. Si bien el juego no es dirigido, todos los días las actividades, como jugar afuera, comer, cantar canciones, pintar o dibujar, ocurren a la misma hora.
De la misma manera, es importante celebrar el ritmo del año y las estaciones. Una forma en que las escuelas Waldorf marcan el cambio de estaciones es con una mesa de estación. Esta escena, que puede estar en una mesa, un rincón o estante, tiene pequeños elementos naturales de la época del año, como flores, caracoles, calabazas o piñas, con telas en colores representativos de la estación y figuras hechas de madera o fieltro, como gnomos, hadas o ángeles para despertar la imaginación.
También se celebra el ciclo del año con fiestas y celebraciones. Cabe destacar que si bien las escuelas Waldorf celebran algunas fiestas de origen cristiano y se basan en la creencia de que existe una dimensión espiritual en cada ser humano, no se asocian con ninguna religión o doctrina en particular. Entre estas celebraciones figuran: la Fiesta de Micael, la Fiesta del farol, Adviento, el solsticio de invierno, la Fiesta de la primavera y celebraciones regionales. Celebrar estas festividades es una forma de conectar a los niños con su entorno natural y enseñarles los valores que hay detrás de cada fiesta.
Los clientes tienen preguntas, tú tienes respuestas. Muestra las preguntas más frecuentes, para el beneficio de todos.
Existen varios métodos pedagógicos, pero muy pocos lograron perdurar a lo largo del tiempo e incluso crecer como lo ha hecho el Waldorf.
Tal es su consolidación y reconocimiento a nivel mundial, que además de estar aprobado por los sistemas educativos de la gran mayoría de los países, es promovido y apoyado por la UNESCO. Este organismo internacional reconoce que dicha modalidad logra que el niño aprenda sin descuidar los aspectos relacionados con su salud física y emocional.
La pedagogía Waldorf tuvo su origen en el año 1919, de la mano del filósofo Rudolf Steiner y se fundamenta en una concepción del ser humano basada en la Antroposofía (ciencia del hombre). Para ahondar más en este concepto y comprenderlo, debemos tener en cuenta que esta ciencia considera al hombre como un ser tripartito (cuerpo-alma-espíritu) y por lo tanto, cuando de la adquisición de conocimiento se trata, tiene en cuenta al estudiante en todos estos aspectos.
Basada en dichos principios, esta modalidad de enseñanza pretende garantizar un aprendizaje apoyándose en el saber como conquista y descubrimiento. Porque no considera al individuo como un sujeto pasivo que deba ser enseñado y adiestrado, sino como un ser libre que necesita ir desarrollando progresivamente sus capacidades.
El método creado por Steiner divide a las etapas evolutivas del ser humano en 3 septenios:
• Primera infancia (0-7 años/jardín): en esta etapa la actividad central es el desarrollo del organismo físico. El método primordial de conocimiento es la imitación, teniendo en cuenta la voluntad activa del niño.
• Infancia media (7-14 años/primaria): en este estadío el conocimiento del mundo se realiza a través de la imaginación, la cual despierta y activa los sentimientos. Por lo cual el arte y la imaginación son herramientas fundamentales de aprendizaje en el segundo septenio.
• Adolescencia (14-21 años/secundaria): en este período se produce la maduración de la personalidad y se termina de desarrollar la capacidad intelectual. Aquí la búsqueda de lo real y la verdad son los ejes en el camino hacia el conocimiento.
Un eje fundamental de este tipo de enseñanza es el seguimiento personalizado que hace el docente de cada niño, captando así sus aptitudes e intereses y estimulándolo en sus potencialidades. Para ello, los grupos tienden a ser pequeños y en cada septenio el docente es el mismo, lo que permite un alto grado de conocimiento de los alumnos. Además, la mayoría de las escuelas cuentan con un equipo pedagógico-terapéutico capaz de acompañar al niño en su desarrollo, evaluando sus capacidades individuales y generando un esquema de aprendizaje que favorezca su avance, tanto académico como anímico-espiritual. Es por eso que las escuelas Waldorf también son aptas para niños con problemas de aprendizaje o necesidades especiales.
También es pertinente resaltar que en la pedagogía Waldorf lo lúdico se presenta al niño para incentivar distintas áreas según sus capacidades madurativas, como por ejemplo, el conocimiento, la afirmación, la confianza, la voluntad, la comunicación y la cooperación con su prójimo.
Actualmente, en el mundo hay más de 3000 entidades educativas de modalidad Waldorf. En Argentina, cuya primera escuela de esta pedagogía data de 1940, ya están establecidas más de una treintena de instituciones que se rigen por este método de educación.
“Mucho se dice sobre que la educación tradicional está en crisis y en este marco, los padres afirman que no saben qué hacer con sus hijos, que no hacen caso y que se cansan rápidamente de jugar con los mismos juguetes. Mientras que los maestros se quejan de que los chicos de ahora son inmanejables y que con las herramientas pedagógicas actuales no logran satisfacer las demandas”, expresa Laura Oliveira, docente de una reconocida escuela Waldorf de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y asegura: “Tengo conocimiento de que cada vez más padres eligen este tipo de educación para sus hijos. Incluso en muchos casos son ellos mismos quienes junto a maestros gestionan la apertura de estas escuelas, como ha sido el caso de un jardín en Rosario y en tantos otros puntos del país”.
En cuanto a los límites, la docente opina que son necesarios y que no faltan en las escuelas Waldorf desde el nivel inicial. “La manera de indicarlos es guiándolos hacia donde tienen que ir y ayudándolos a que ellos mismos comprendan la necesidad de participar de lo que estamos haciendo. El que no acepta las pautas es esperado y protegido, no castigado. Se trata de evitar decirles que no”, subraya Oliveira, y afirma que uno de los objetivos es que vean a la autoridad con amor.
Justamente por plantearse entre sus objetivos el desarrollo de la libertad individual, muchas personas tienden a pensar que estas escuelas son poco exigentes y poco estructuradas. Sin embargo, los contenidos que se aprenden no solo abarcan a los de la enseñanza oficial sino que los sobrepasan, tomando los aspectos de la educación artística, artesanal y técnica. Los egresados de los distintos niveles se adaptan con naturalidad a otros sistemas educativos y en la universidad.
¿Cuáles son las características que diferencian a las escuelas Waldorf de las tradicionales?
• El maestro es el mismo durante cada septenio: el objetivo de esto es que el docente adquiera un conocimiento profundo de cada niño, pudiendo satisfacer sus necesidades pedagógicas en cada momento.
• No hay un horario mosaico: esto significa que un área de conocimiento se profundiza durante aproximadamente 3 o 4 semanas y luego se pasa a la siguiente.
• No hay examenes: el maestro evalúa el proceso de aprendizaje a través del contacto cotidiano con los alumnos y da la evaluación a sus padres durante todo el ciclo lectivo. Esta peculiaridad procura no fomentar la competitividad entre los alumnos.
• Se recurre al arte en materias curriculares: el canto, la música, el movimiento y las manualidades son recursos utilizados en matemática, lengua o ciencias.
• Talleres de oficios: los niños participan en talleres de carpintería, cocina, tejido y jardinería, entre otros.
• Alimentos del cuerpo y del alma: en estas escuelas se da vital importancia a lo que se ingiere a través del cuerpo y del alma. Por ello se promueve el consumo de alimentos naturales, evitando las golosinas y la comida industrializada. Y se cuida celosamente lo que los niños escuchan, ven o sienten, brindándoles la contención y el amor para su desarrollo psíquico y emocional.
• Desaconseja el uso de la T.V. y computadoras para los niños: ya que sostienen que todo esto aleja al chico de su tarea principal, que es el desarrollo de sus sentidos de percepción, de su mente y su creatividad.
• Fomenta el respeto por los ritmos y cursos naturales: por ejemplo, un horario regular sano para comer e ir a dormir colabora con los ritmos metabólicos del organismo.
• Los padres tienen una participación muy importante en las escuelas: proveen los medios necesarios para que la institución pueda funcionar. Y participan, junto con los maestros, en comisiones con diferentes tareas.
• Promueven la educación religiosa en la familia y no en el ámbito escolar: estas escuelas tienen una orientación catolica, como camino evolutivo del hombre. Sin embargo, no dan catequesis en sus programas pero incentivan que esta formación sea dada en el hogar. Por su parte, estimulan a los niños a venerar y contemplar los hechos que tienen que ver con el milagro de la vida, sus ritmos y sus etapas, tales como las estaciones.
Teniendo en cuenta que la pedagogía Waldorf es un método complejo, su conocimiento no se agota en una enumeración de las características que la diferencian de las escuelas más tradicionales. Esencialmente, esta modalidad que plantea la educación como un desarrollo hacia la libertad individual, incorporando la expresión artística como herramienta, tiene como objetivo no solo el crecimiento intelectual sino además una saludable evolución física, psíquica y emocional de las generaciones futuras.
Una propuesta muy interesante en materia educativa. La clave, dicen los especialistas, está en darse la libertad de vivenciarla y constatar los beneficios para nuestros hijos.
“El niño ha de ser recibido con respeto,
educado con amor,
puesto en la vida finalmente,
en libertad”
palabras que sintetizan el pensamiento de Rudolf Steiner, padre de esta famosa pedagogía que cada vez cobra más auge en nuestra sociedad.
Un poco de historia...
En 1919 Steiner visitó la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria, en Stuttgart, Alemania y habló a los trabajadores sobre la necesidad de una renovación social, de una nueva forma de organizar la sociedad, su vida política, cultural y económica. Allí hizo la propuesta del abordamiento del hombre como ser tripartito y sus necesidades. El dueño de la fábrica, Emil Molt, le solicitó así a Steiner encargarse de establecer y dirigir una escuela para educar a los hijos de los empleados de su empresa en este nuevo sentido social. Así nació la Escuela libre Waldorf. La educación que recibieron estos niños fue tan innovadora y evolucionada, que pronto comenzaron a surgir escuelas Waldorf en Alemania y luego el movimiento se extendió por el resto de Europa y el mundo.
Tomado de: http://wepulljuguetesconalma.blogspot.com/
La pedagogía Waldorf se enfoca en potenciar las habilidades manuales y artísticas desde una edad muy temprana. Su principal objetivo consiste en estimular las potencialidades de los pequeños con la guía de los adultos, pero en un ambiente no directivo. Este modelo divide la infancia por etapas, para las cuales propone diferentes actividades educativas.
Hasta que el niño tiene 7 años la educación se enfoca únicamente en el juego y el descubrimiento. En esta etapa tanto los padres como los maestros tienen la misión de crear un ambiente que estimule el aprendizaje, el juego libre y la imitación. Durante estos años el niño solo debe descubrir su entorno y aprender a dominar sus habilidades motoras.
Esta etapa, que se extiende desde los 7 hasta los 14 años, se centra en potenciar la imaginación de los niños. De hecho, este método le brinda un papel protagónico a la imaginación ya que asume que esta capacidad es central para que los niños puedan desarrollar su inteligencia y apropiarse de los conocimientos. Para potenciarla se recurre fundamentalmente a las actividades artísticas.
Esta etapa empieza a los 14 años y dura hasta los 21 años. Durante este período los adolescentes y jóvenes reciben materias que le permiten ampliar el conocimiento de su realidad y entorno.
La pedagogía Waldorf es bastante peculiar ya que propone un sistema de enseñanza mucho más libre. Algunos de sus aspectos más distintivos son:
No obstante, se debe aclarar que este sistema de enseñanza tiene muchos detractores, quienes indican que la mayoría de sus enseñanzas tienen una impronta esotérica y que se le brinda una importancia excesiva al desarrollo de la imaginación y la apreciación artística. De hecho, para esta pedagogía las disciplinas académicas son secundarias pues se considera que evaluar al niño por su nivel de conocimiento puede afectar su autoestima. Muestra de ello es que los pequeños aprenden a escribir solo después de los 7 años, ya que la idea es enseñarles a pensar por sí mismos y desarrollar su creatividad y personalidad antes de introducir los contenidos académicos.
Los juguetes transmiten experiencias
Para la pedagogía Waldorf, todos los juguetes, a excepción de las muñecas, deben estar dirigidos a transmitir experiencias sobre la naturaleza, la tierra, sus elementos, y las creaciones humanas.Es decir, los juguetes deben proporcionar vivencias en el consciente del niño de manera que más tarde, éste pueda relacionarlas con conceptos y por tanto desarrollar sus capacidades intelectuales.Un ejemplo para explicar esto…. La rueda.Existen objetos con cuatro ruedas que se llaman coches. Las hay de madera, de goma, metálicas,… Algunas giran fácilmente, otras no tanto, pero todas dan vueltas. Hay ruedas que giran solas porque están en un plano inclinado, otras las tenemos que empujar.Así, si el niño con su juego acumula numerosas experiencias sobre lo que es la rueda, entonces podrá llevar a la consciencia más fácilmente los fenómenos que más tarde aprenderá sobre física o geometría, y transformarlos en conceptos.De manera que es importante que el contenido del juego infantil hasta los siete años consista en conocer su medio ambiente a través de toda una serie de vivencias repetidas.Estas experiencias ricas e intensas en el jugar van a facilitar una transición del percibir hacia el pensar.Por eso en la pedagogía Waldorf no se denominan tanto juguetes, sino elementos de juego, que van a estimular la actividad creativa y sensorial del niño: el tacto, el movimiento, el equilibrio,…Porque sólo cuando los niños son capaces de registrar el efecto del mundo exterior en sus sentidospueden ocupar su lugar en el mundo con confianza.
Cinco de estos elementos de juego básicos e imprescindibles que encontraríamos seguramente en cualquier familia Waldorf, y en la nuestra también, son:
Telas de tejidos naturales, de algodón, de seda. Y cintas de ganchillo de lana o algodón.Ambos elementos parece que no son nada y sin embargo dan un juego increíble a los niños, por lo que son indispensables para el juego libre.Sunflower las utiliza todos los días.Así, una simple tela puede convertirla en princesa, en superheroína, en hada, en bailarina y un largo sinfín de personajes.También las utiliza para improvisar cabañas en las sillas, con ayuda de las pinzas de juego, para vestir a sus muñecas, o para crear una casa de tela en su habitación, donde tiene todas sus cosas de juego simbólico para jugar.
Sus preferidas son las telas de seda, que son tan suaves al tacto, no por nada la seda es uno de los tejidos naturales más nobles. Pero en realidad juega con todas. Aquí ya te conté una de las múltiples maneras de cómo las utiliza.
Muchas de nuestras telas son de Lora Lora. Las de algodón son mucho más económicas que las de seda, pero estaría bien que tus hijos pudieran tener ambos tejidos para experimentarlos. Las cintas de ganchillo las hago yo misma. Son sencillísimas de hacer, son 4 puntos bajos y voy haciendo filas hasta conseguir el largo, entre 1 y 2 metros.
También puedes enganchar un trozo de cinta o tela de seda a un palo para crear una especie de varita y es increíble el juego que da.
Conchas, piedras, piñas, maderas, cortezas, semillas, raíces,…, cualquiera de estos elementos naturales dispuestos en cestas en algún rincón de la casa permiten una infinidad de posibilidades en el juego.
Las experiencias que el niño obtiene con los sentidos del tacto, de la vista y del olfato son de un valor inestimable para su evolución.
Así, diferentes texturas, olores y formas transmiten al niño abundantes vivencias. Sin embargo hoy en día la mayoría de juguetes están hechos de plástico… ¿El plástico puede cumplir esta función?El plástico es un producto sintético, que no existe en la naturaleza y no enseña nada de ella. Además es un material liso y frío, no presenta una diversidad de olores y tampoco ofrece una variedad de texturas como los materiales naturales.Para la pedagogía Waldorf los juguetes de plástico no están concebidos de forma que estimulen la fantasía o la creatividad del niño, más bien al contrario, poseen una tendencia a fijar el juego infantil.En consecuencia, el niño se aburre y pide un nuevo juguete, llegando, muchas veces, a una sobreabundancia de juguetes innecesaria.
Los elementos de construcción típicamente Waldorf como el arcoíris, o los puzzles de madera, ofrecen todas las utilidades que la imaginación permite. Son elementos hechos artesanalmente y aunque son comprados, desde mi experiencia como madre y maestra valen mucho la pena.
El arcoíris grande tiene 12 arcos de colores vivos y ha sido el mejor regalo que le hemos podido hacer a Sunflower. Se lo regalamos cuando cumplió 3 años y desde entonces puedo decir que juega prácticamente todos los días con él.Es increíble la cantidad de utilidades que le saca, no sólo para hacer torres altas (árboles o castillos según ella), también se puede inventar un coche, o una cola de sirena, o construye un camión para sus animales, un barco para sus princesas o una casa para su gato de peluche.
La casa de muñecas es una casa de muñecas muy especial porque además de contener en su interior todos los muebles para equiparla (mesas, sillas, camas,…) se monta como un rompecabezas. Se lo regalamos a Sunflower hace dos navidades y aunque no juega tanto con ella como con el arcoíris, también le gusta mucho.
Hace poquito que tenemos este mandala gigante ¡y nos encanta a todos en casa! Es el modelo Goethe
y representa el círculo de colores primarios y secundarios. Pues fue Johann Wolfgang von Goethe el primero en desarrollar un círculo de color y una teoría al respecto, que la pedagogía Waldorf tiene en cuenta.
Estos puzzles creativos de madera plantean un desafío al niño (¡y al adulto también!) para que sea capaz de encontrar un orden armónico en los colores y las formas de sus piezas.
Por eso estimulan la flexibilidad interior y la fantasía, aportan creatividad al pensar y despiertan lo que los pedagogía Waldorf denomina, las fuerzas creativas y formativas.Con el mandala se pueden crear un sinfín de combinaciones, creando algo nuevo de algo establecido.
Existen muchas versiones y tamaños de estos tipos de puzles Waldorf. El nuestro es de Lora Lora y aquí puedes ver todos los modelos que tienen.
En este post te hablo sobre la muñeca Waldorf, e incluso incluyo un tutorial de cómo se hace la muñeca más básica, pero a modo introductorio quería incluirla en esta relación porque es uno de los elementos de juego más característicos de la pedagogía Waldorf.El diseño de las tradicionales muñecas Waldorf se caracteriza por su sencillez y la suave expresión en el rostro, lo que potencia la imaginación y fantasía de los niños, factores clave para el desarrollo de su creatividad.
Para un niño o una niña, la muñeca es un compañero, un amigo íntimo muy próximo a su corazón. Le acompaña en todas sus andanzas, a la hora de dormir, en el juego,… Un niño no establece esta relación con una pelota o con un carrito.
En realidad para un niño, la muñeca que tiene en sus manos es como un espejo de su propio sery de la situación en la que se halla su desarrollo.
Por eso tiene la misma importancia pedagógica para los niños que para las niñas. Con una muñeca, los niños pueden desarrollar todas sus fuerzas de fantasía.
Así que es muy importante también que esté elaborada con materiales naturales vivos, como la lana, o el algodón.
Sunflower tiene una muñeca de abrazar confeccionada a mano por una de las maestras de su escuela y otra hadita pequeña que le regalamos la pasada Navidad con la que juega muchísimo.
En casa tenemos: bloques de cera para colorear, acuarelas para experimentar el color y cera de modelar.
Todos estos materiales, típicamente Waldorf, son de la marca Stockmar, y están pensados para atraer los sentidos de los niños. Son productos de una excelente calidad, y además naturales.Algunos los hemos comprado en las ferias anuales que organiza la escuela de Sunflower y otros son de Lora Lora.
Su tamaño y forma plana permite que se sientan bien en la mano, estando especialmente adaptados para los niños pequeños.
Permiten que los niños puedan pintar con colores fácilmente, y consiguen efectos interesantes, por ejemplo arrastrando el borde largo del bloque a través del papel.
Son colores solubles al agua de muy alta pigmentación que permiten efectos sorprendentes. Aquí tengo publicado un cuento muy bonito para contar con acuarelas y vivenciar esta experiencia del color.
El modelado es muy importante porque entrena los sentidos, la imaginación y la motricidad fina.Estas hojas son de cera de abeja natural, que tiene un agradable aroma y unos colores brillantes y
armónicos.
El calor de las manos derrite la cera y hace que sea maleable y se puedan conseguir crear esculturas sorprendentes. Además cuando se endurecen, las formas permanecen y los colores brillantes también.
El otro día Sunflower hizo unas mariquitas para la mesa de estación, que ya la estamos preparando para la primavera y aquí puedes ver cómo utilizamos la cera de modelar para decorar velas.
odavía podía hablar mucho más de los elementos de juego Waldorf, pero no quiero alargarlo demasiado.
Si tienes que hacer próximamente algún regalo algún niño o niña espero que tengas en cuenta la importancia de regalar elementos de juego, más que juguetes de plástico, que sean naturales y de buena calidad, y que no pongan trabas a la fantasía.
Los cuentos de hadas clásicos tienen un gran valor y aportan muchos beneficios para el desarrollo de los niños, pues integran la moral y el conocimiento humano, y en palabras de Dickens “posibilitan la transformación y el crecimiento interior del hombre”.
Los cuentos expresan en forma de imágenes verdades muy profundas, muy valiosas que se guardan en el interior del niño como semillas, de manera que cuando crezca le permitirán tener pensamientos mucho más maduros para afrontar su vida que aquellos otros que pueda adquirir del exterior por un camino más intelectual.
Si te fijas, algo que tienen en común los cuentos es que presentan un conflicto, una situación que implica internarse en el bosque oscuro (como Hansel y Gretel), o incluso atravesar la muerte (como Blancanieves o la Bella Durmiente) pero que siempre es resuelta a través de un camino luminoso.
Cuando el bien vence por encima del mal, los niños siempre quedan visiblemente satisfechos y contentos, pues se identifican con la figura del héroe o de la heroína y se guardan inconscientemente esa imagen.
Es como si sembráramos en ellos una fuerza interior para afrontar las situaciones que vivirá en su propia vida, venciendo los miedos y dificultades.
Entonces, si son tan valiosos, y un legado que nos ha sido transmitido desde los tiempos antiguos…
Sino que se les ofrece una versión descafeinada, muchas veces alterada, y además en formato de película, donde suelen aparecer imágenes más fuertes que las que la mente de un niño está preparada para entender.
¿Tiene Disney tanto poder?
Tengo que decir, me guste o no, que he crecido con la tele de fondo y he visto las películas de Disney, y me he deslumbrado y decepcionado con ellas. Sunflower también las conoce, las ve de vez en cuando, a pesar que la tele en casa es casi inexistente, pero si comparas las versiones de Disney con los cuentos originales, enseguida te darás cuenta de que son demasiado simples, como si estuvieran aguadas, y limitan el gran potencial que los cuentos clásicos tienen para ofrecer.
Entiendo que cuando Disney se propuso montar su empresa, tuvo que hacer versiones lo más sencillas posible para que encajaran en el formato que exige una película de animación para el gran público, aunque eso supusiera desnaturalizar las historias y que perdieran gran parte de su riqueza.
El caso es que los cuentos de hadas clásicos no suelen ser cómo nos los encontramos en la mayoría de libros editados de hoy en día, son mucho más ricos y completos…
Algunos ejemplos que se me ocurren:
¿No te parece un final mucho más rico, mostrando los valores de la amistad?
Como logopeda escolar utilizo mucho los cuentos en mi trabajo y también en casa están muy presentes, a Sunflower le encantan, pero los cuentos de hadas clásicos me gustan especialmente por…
Mira el inicio del cuento de Blancanieves según la versión de Disney:
Érase una vez una joven y bella princesa llamada Blancanieves. Su pelo era tan oscuro como la noche, sus labios eran tan rojos como una rosa, y su piel era blanca como la nieve.
Lee ahora la versión clásica de los hermanos Grimm:
Era un crudo día de invierno, y los copos de nieve caían del cielo como blancas plumas. La Reina cosía junto a una ventana, cuyo marco era de ébano. Y como mientras cosía miraba caer los copos, con la aguja se pinchó un dedo, y tres gotas de sangre fueron a caer sobre la nieve. El rojo de la sangre destacaba bellamente sobre el fondo blanco, y ella pensó: <<¡Ah, si pudiese tener una hija que fuese blanca como la nieve, roja como sangre y negra como el ébano de esta ventana!>>. No mucho tiempo después le nació una niña que era blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y de cabello negro como la madera de ébano; y por eso le pusieron por nombre Blancanieves.
¿Hay diferencia verdad?
En muchos de los cuentos de los hermanos Grimm encontramos frecuentemente rimas y versos entremezclados entre las narraciones que enriquecen el cuento, con todos los aspectos sanadores, de sonidos y de ritmos que implican:
Siguiendo con el ejemplo de Blancanieves mira cómo se dirige la madrastra al espejo mágico:
<<Espejito en la pared, dime una cosa: ¿quién es de este país la más hermosa?>>
Y esta es la respuesta del espejo:
<<Señora Reina, vos sois como una estrella, pero Blancanieves es mil veces más bella>>.
Como los cuentos de hadas se cuentan a los niños y las niñas, le estamos dando una oportunidad maravillosa de convertir las palabras escuchadas en imágenes internas, que ellos mismos crean y construyen.
Así el pequeño aprende a utilizar su propia imaginación, y no es Disney o cualquier otro ilustrador o dibujante que les proporciona una imagen estereotipada, que al fin y al cabo es la versión de un adulto, no la de un niño.
Contar estas historias es un placer, pues tienen un flujo natural que hace que sean muy fáciles y atractivas para narrar o leer en voz alta.
Si alguna vez has leído un cuento para niños mal escrito enseguida te das cuenta de que no fluye, que no suena bien, que te rechinan algunas estructuras gramaticales. Y es que los cuentos clásicos, como dice Tracy Lynn, una periodista americana, “se han escrito de forma magistral por las manos del tiempo”.Algo importante que debes saber es que es mejor contarlos que leerlos, pues esto permite conectar mejor con los niños y con su vivencia. Además, es interesante narrarlos sin dramatizar, es decir, utilizando un tono sereno y tranquilo pero sin inventar diferentes voces o sonidos.
Como te he comentado anteriormente los cuentos de hadas conectan con la experiencia humana a un nivel profundo.
La pedagogía Waldorf, y otros muchos expertos, sostienen que los personajes de los cuentos reflejan de alguna manera elementos del interior de cada individuo, aspectos de nosotros mismos y de nuestros destinos.
Es como si los personajes fuesen metáforas de nuestro propio esfuerzo para conectar con nosotros mismos y con nuestro camino.
Y es que todos tenemos un lobo de Caperucita en nuestro interior al que de alguna manera debemos vencer, o todos nos hemos sentido en la barriga de la ballena de Pinocho alguna vez en la vida.
En la pedagogía Waldorf la mayoría de los cuentos de los hermanos Grimm (que son más de 200 los que vienen recopilados en este libro que tenemos en casa de la Editorial de Rudolf Steiner y Mandala) se recomiendan para niños mayores de 6 años.
Para los niños más pequeños son más recomendados los cuentos de animales y en forma de teatrillo de mesa, como los que ofrece Tamara Chubarovsky en su libro de Cuentos para ver, oír y sentir, pero aún así hay algunos cuentos de hadas que sí se consideran adecuados para niños de 3 a 6, algunos ejemplos:
Aunque también creo que hay que confiar en la intuición de los padres, ya que somos los que mejor conocemos a nuestros hijos para poder seleccionar los cuentos de hadas que creemos que son adecuados para ellos.
Con todo esto que acabo de explicarte, me cuestiono ¿por qué persistimos en privar a nuestros hijos de la gran literatura en su forma más pura y potente?
No privemos a nuestros hijos del gran tesoro de los cuentos de hadas.
Muchas veces me han preguntado ¿qué pasa después del Jardín de Infancia Waldorf? ¿Cómo se trabaja en la etapa de primaria? ¿Los niños continúan haciendo juego libre toda la mañana? Y si durante todo el Jardín (de 3 a 6 años) no han hecho ninguna ficha, ni han visto ningún abecedario, ¿cómo pueden aprender la lectoescritura?
Aprovechando la recién estrenada escuela Waldorf de Palma que fuimos a conocer esta semana, tuve la oportunidad de hablar con Rafael Gómez, maestro Waldorf de primaria con amplia experiencia, quien me explicó con detalle qué se encuentran los niños cuando promocionan a la etapa de primaria, en qué consiste el currículum Waldorf (es decir los objetivos y contenidos que se imparten) y cómo es un día en una clase de primero.
Así que hoy te lo cuento, y de paso, te doy un paseo por esta nueva escuela, una escuela de infantil y primaria que nace con mucha ilusión y que acerca por fin la pedagogía Waldorf a las familias de la capital mallorquina.
Si la pedagogía Waldorf parte de la premisa que la forma de entender, sentir y vivir el mundo de las personas va evolucionando a lo largo de la vida, y muy especialmente durante la infancia, el currículum de las escuelas Waldorf trata entonces de dar respuesta a las necesidades que presentan los niños en todos los niveles (su cuerpo físico, sus facultades psíquicas, su individualidad).Para los maestros/as Waldorf lo más importante no es lo que se enseña, sino cómo se enseña. Por tanto el programa educativo Waldorf se basa en el niño, en ejercitar las capacidades del ser humano: pensar, sentir y actuar.Así el maestro a través de la observación de las necesidades de los niños les va introduciendo en los contenidos, pero en el momento oportuno y de la forma adecuada a su etapa evolutiva.Por eso se dice que el método Waldorf es un método integral, porque implica el conocimiento de la naturaleza individual de cada niño, y utiliza una metodología y contenidos adecuados a cada momento, logrando de esa manera un equilibrio de las aptitudes intelectuales, artísticas y manuales.Se trata de seguir un proceso, un camino de experiencia que llene de sentido todo lo que encontrará el niño una vez que sea adulto.Esto implica que después de haber experimentado con el movimiento y el juego libre en la época de infantil, en el primer curso de primaria conozcan las letras y las palabras, los números y las operaciones básicas, así como los dibujos de formas, que permiten estructurar el dominio del tiempo y del espacio de una manera progresiva y asequible para los pequeños, teniendo como hilo conductor las narraciones de los cuentos de hadas.
El hecho de poder iniciar una nueva etapa vital es tan importante como cerrar bien la anterior.Es por eso que el primer día de escuela para los niños de primero de primaria se realiza una celebración en la cual, simbólicamente, dejan atrás el mundo de los pequeños para entrar en otro mundo de niños más mayores, mostrando que ya están preparados para realizar otro tipo de actividades en la escuela.Cada niño pasa por un bonito arco hecho de flores, entregando al maestro que le llama una flor que confeccionará el ramo de la nueva clase.Tras este primer día, el niño entra en un ritmo de actividad que le permite desarrollar una respiración entre concentración y relajación, trabajo mental y práctico, movimiento y reposo, escucha y participación, observar y hacer.
Durante las dos primeras horas del día aparece muy claramente esta respiración en la clase.Se desarrolla una parte rítmica, con una serie de actividades en las que aparece el movimiento ordenado, el arte de la palabra y la poesía, la música, el juego…muchas veces combinados.Este espacio permite sincronizar los ritmos individuales en uno colectivo, haciendo que niños y niñas estén dispuestos a un trabajo más vinculado a la concentración.Después de este momento, hay un tiempo para los aprendizajes más académicos, siempre presentados de una manera asequible para los niños, es lo que se denomina la clase principal.Estos aprendizajes también están asociados a un ritmo, así, durante un tiempo de unas cuatro semanas, se desarrolla una misma área, es lo que se conoce como un período.Al final de la clase principal se destina a escuchar la narración, un momento en el que aparece un gesto de relajación, pero al mismo tiempo de una cierta concentración al seguir el hilo de la historia.
Durante los tres trimestres del primer curso se mantiene una estructura similar, en la cual se empieza con un periodo (unas cuatro semanas) de dibujo de formas, después uno de letras, y se acaba con el de números.
El dibujo de formas trabaja con el movimiento del cuerpo, organizando el espacio en líneas rectas y curvas.
Poco a poco los niños van llevando este movimiento desde el cuerpo a las manos, llegando a convertir un dibujo sobre el cual se ha caminado en el suelo en una línea sobre el papel.De esta manera se hace que la experiencia del dibujo sea no sólo mental sino también vivida en el hacer con el cuerpo.Es gracias al dibujo de formas que los niños y niñas se preparan para el trazado de letras y números.
El periodo llamado de las “letras” acerca a los niños al proceso de lectoescritura realizando un recorrido por todo el alfabeto mediante una historia narrada por el maestro/a.Así, cada letra tiene un sentido de ser en la palabra, y la palabra se torna viva en la conciencia del niño.Las letras y las palabras se escuchan, se dibujan y se escriben y finalmente, se leen.LOS NÚMEROS
Las matemáticas tienen, en la pedagogía Waldorf, un tratamiento muy especial.Los primeros aprendizajes, los números, son mostrados como elementos no sólo cuantitativos sino también cualitativos.Cada número representa una cualidad: el uno representa la unidad, lo que forma un todo; el dos, la dualidad, los opuestos; el tres, la trinidad, el elemento neutralizante, etc. siempre mostrando estos conceptos en forma de imagen, en un lenguaje poético.El movimiento en el espacio es indispensable para desarrollar un buen pensamiento matemático, de esta manera se realizan una gran cantidad de ejercicios que impliquen el movimiento de todo el cuerpo.Las matemáticas dejan de ser de dominio exclusivo de la cabeza, llegando a formar parte de todo el cuerpo, hasta la punta de los dedos de los pies.
Las actividades artísticas así como la lengua extranjera o los trabajos manuales son los otros elementos que completan el día a día en la primera clase.La música facilita al niño el ordenar su mundo interior.En primero todavía se usan melodías pentatónicas que ayudan al niño a mantener un estado de calma y armonía.Los instrumentos utilizados en este curso son la lira pentatónica y, desde el segundo trimestre, la flauta pentatónica. (Si te interesa saber más sobre la música pentatónica lee este artículo de Tamara Chubarovsky: Música que calma a los niños, música pentatónica).La pintura con acuarela aporta unos elementos que favorecen la salud anímica de los niños. El trabajo con el color, usando el papel mojado, sigue un largo camino durante toda la primaria. (Puedes descubrir un cuento vivenciado para utilizar las acuarelas con niños aquí)Al principio se trata más de jugar con las cualidades del color que buscar hacer representaciones pictóricas y, poco a poco, este jugar se convierte en un dominio del agua y la pintura en las clases superiores.
La Euritmia es otra de las artes trabajadas en la escuela Waldorf.
A través del movimiento, se despierta y se fortalece la capacidad expresiva de los niños, y no solamente en el aspecto puramente físico.
Mediante los sonidos de las palabras y la música se busca agilidad, movilidad, plasticidad y actividad en su mundo interior.
Las lenguas extranjeras empiezan a formar parte de la vida de los niños mediante juegos, canciones y poesías. Se busca acercar al niño a la musicalidad del lenguaje, a adentrarse de forma natural en ella, de la misma manera que se hace con la lengua materna.
Los trabajos manuales son muy importantes para el desarrollo intelectual del niño.
Una cita de Rudolf Steiner dice “Dedos ágiles nos llevarán más adelante a un pensamiento ágil”.
Y cada vez más neurólogos están descubriendo y mostrando de qué manera el movimiento físico se convierte en un desarrollo de las conexiones neuronales.
Así, se realizan actividades como seguir todo el proceso de la lana: desde que está sucia, recién esquilada, hasta poder tejer con ella, pasando por el lavado, cardado, hilado y ovillado, lo que acerca al niño a una manera viva de entender el mundo.
Creo que con todo esto has podido hacerte una idea de cómo funciona una escuela Waldorf de primaria, faltaría añadir que no hay exámenes, ni tampoco libros de texto convencionales, sino que cada alumno va trabajando y elaborando sus propios cuadernos.
La Pedagogía Waldorf que actualmente se desarrolla en más de 800 escuelas, en más de mil centros infantiles, con más de 100 institutos de pedagogía curativa en el mundo, ha tomado importancia y visibilidad para la UNESCO y con esto, se reconoce a varios centros educativos que desarrollan la pedagogía Waldorf y ahora son parte de la red mundial de escuelas asociadas a la Unesco (RedPEA).
El arte se utiliza también en las clases de Matemáticas, de Lenguaje o de Ciencias Sociales, para incorporar conocimientos específicos. Con una clara orientación humanística, estas escuelas se plantean la educación como un desarrollo hacia la libertad individual, objetivo que debería ser para toda escuela.
La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, destaca la importancia de fortalecer la cultura de paz a través de una educación humanista en el sentido de que no es suficiente con vivir en paz los unos al lado de los otros, sino que tenemos que aprender a con-vivir y a actuar juntos, compartir experiencias, soluciones, respuestas comunes frente a problemas que ponen en peligro nuestra existencia como especie. No pretendemos caracterizar a las escuelas Waldorf porque cada una tiene su particularidad, pero sí podemos mencionar que la pedagogía Waldorf es un método creado por el Filósofo Rudolf Steiner basado en los principios rectores de la Antroposofía (sabiduría del ser humano), es una corriente filosófica que permite al ser humano percibir la realidad no sensible. Incorpora la expresión artística como un medio de aprendizaje.
La Directora dice también que la solidaridad internacional no puede ser vertical, es decir, no debe ser dictada e impuesta a los que “deberían aceptarla”. Ejemplo de ello son las propuestas educativas de la Región Andina, en el sentido de que se requiere de apoyos técnicos y financieros nacionales e internacionales, pero en función de -sacar de adentro hacia fuera el potencial de conocimientos y valores, apoyar el desarrollo de algo que ya existió y existe en los seres humanos- en lugar de imponer, estandarizar y fragmentar.
ir a la página web de la Unesco, Amigos de la Educación Waldorf haciendo clic aquí
Copyright © 2023 Waldorf Costa Rica - Todos los derechos reservados.
Con tecnología de GoDaddy